Es necesario que el corazón del hombre esté dispuesto a dar
gracias a Dios por lo que El provee y orar por tu país donde vives, por sus
gobernantes, por su gente, y, que al orar lo haga con devoción y fervor pues de
esa manera honras a Dios, y así podrás ver su misericordia que es infinita.
Dios mío, mi corazón
está dispuesto a cantarte himnos. ¡Voy a despertarme! ¡Despertaré al arpa y
a la lira! ¡Despertaré al nuevo día! Dios mío, yo te alabaré entre los pueblos;
te cantaré himnos entre las naciones. Tan grande y constante es tu amor que
llega hasta los cielos. Tú, mi Dios, sobrepasas los cielos; ¡eres tan grande
que cubres toda la tierra! ¡Nosotros te somos fieles: ¡respóndenos! ¡Sálvanos
con tu poder! Así este pueblo que amas quedará a salvo. Desde tu templo has
declarado: Cuando yo triunfe, repartiré entre mi pueblo las tierras de Siquem y
las del valle de Sucot. Las tierras de Galaad son mías; al norte están las
tribus de José para proteger a mi pueblo, y en Judá he puesto al rey. Los de
Moab son mis esclavos, Edom es mi propiedad y en territorio filisteo lanzo
gritos de victoria.
¿Quién quiere llevarme hasta la ciudad con muros? ¿Quién
quiere enseñarme el camino que lleva a Edom? ¡Tú, Dios mío, te has alejado de
nosotros y ya no sales a pelear al frente de nuestros ejércitos! La ayuda
humana resulta inútil; ¡ayúdanos a vencer al enemigo! Dios nuestro, tú los
vencerás; ¡con tu ayuda saldremos victoriosos!
Dios mío, yo te
alabo; ¡no te quedes callado! Hay un mentiroso y un malvado que miente
acerca de mí. Tanto odio me tiene que me ataca sin razón; ¡me tiene acorralado!
Habla mal de mí, a pesar de que lo amo y hago oración por él. Me odia, me trata
mal, a pesar de que lo amo y lo trato bien. Dios mío, ¡págale con la misma
moneda! ¡Haz que lo acuse su propio abogado! ¡Haz que lo declare culpable el
juez que le dicte sentencia! ¡Haz que lo condenen sus propias mentiras!
¡Quítale la vida antes de tiempo, y que otro haga su trabajo! ¡Que se queden
huérfanos sus hijos! ¡Que deje viuda a su esposa! Convierte a sus hijos en
vagos y limosneros; ¡haz que los echen de esas ruinas donde viven! ¡Que les
quiten todo lo que tienen los que antes
les prestaban dinero! ¡Que a esos huérfanos nadie los trate con cariño ni les
tenga compasión! ¡Haz que sus descendientes
pronto desaparezcan! ¡Haz que en el futuro nadie recuerde que
existieron! Dios mío, no te olvides nunca de la maldad de su padre ni del
pecado de su madre, y que nadie recuerde que existieron.
No pierdas de vista a mi enemigo, pues jamás se le ocurrió
ser bondadoso con nadie; persiguió a los pobres, a los humildes y necesitados,
hasta quitarles la vida. Ya que le encantaba maldecir, ¡que le caiga una
maldición! Ya que no le gustaba bendecir, ¡que nadie lo bendiga! ¡Castígalo
donde más le duela! ¡Que esa maldición lo cubre como un manto! ¡Que lo apriete
hasta ahogarlo! Dios mío, ¡trata así al que me acuse, y al que mienta contra
mí! Pero a mí, trátame bien; tú eres un Dios bondadoso ¡Sálvame, por tu gran
bondad! Yo soy pobre y humilde, y es muy grande mi dolor. Poco a poco me voy
debilitando como las sombras de la noche; ¡hasta parezco una mariposa sacudida
por el viento! Ya casi no como; tan flaco estoy que me tiemblan las rodillas.
Cuando la gente me ve, se ríe y se burla de mí.
Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame! Que sepan
que esto me sucede porque tú así lo has querido. Pero si tú me bendices, no me
importa que me maldigan. Mis enemigos están listos para atacarme, pero tú los
pondrás en vergüenza y a mí me llenarás de alegría. Dios mío, cubre a mis
acusadores de vergüenza y deshonra. Yo te daré gracias con el gran pueblo que
te alaba, porque tú defiendes a los pobres y los salvas de los malvados que los
condenan a muerte.
Sabes, buscar a Dios en oración y pedirle por los que hacen
mal pues es esencial para que el ser
humano sea ayudado pues sólo Dios conoce sus necesidades y al depender de él
mantiene una relación estrecha con él y Dios le bendecirá siempre y prosperará
en su vida.
Con Alta Estima,
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