miércoles, 9 de octubre de 2013

Tú bendices a los que instruyes en tu ley…


Sabes, es importante que el ser humano busque la presencia de Dios en su vida, su poder es impresionante y su soberanía es sin límite, él puede contra los obstáculos o dificultades de este mundo y, sólo su ley tiene valor permanente.

Dios mío, tú eres nuestro rey. Has mostrado tu majestad, tu grandeza y tu poder. Has afirmado el mundo, y jamás se moverá. Desde el principio eres rey; tú siempre has existido. Dios mío, se revuelven los ríos, se levantan las olas, ¡se agitan los mares! Pero tú, en el cielo, te muestras más poderoso que el rugido de los mares; ¡más poderoso que las olas del mar! Dios mío, tus leyes tienen valor permanente. Tu presencia da a tu templo una belleza sin igual.

Dios mío, tú eres el juez de la tierra; ¡Hazte presente, entra en acción, y castiga a los culpables! ¡Dales su merecido a los orgullosos! Dios mío, ¡basta ya de malvados, basta ya de sus burlas! Todos ellos son malhechores; ¡son unos habladores y orgullosos! ¡Se cree la gran cosa! Aplastan y afligen a tu pueblo elegido: matan a las viudas, asesinan a los huérfanos, masacran a los refugiados, y aún se atreven a decir: El Dios de Israel no se da cuenta de nada. Gente torpe, quiero que entiendan esto: ¿cuándo van a comprenderlo? Si Dios nos dio la vista y el oído ¡de seguro él puede ver y oír! ¡Cómo no va a castigar el que corrige a las naciones! ¡Cómo no va a saber el que nos instruye a todos! ¡Bien sabe nuestro Dios las tonterías que se nos ocurren!

Mi Dios, tú bendices a los que corriges, a los que instruyes en tu ley, para que enfrenten tranquilos los tiempos difíciles; en cambio, a los malvados se les echará en la tumba. Tú, mi Dios, jamás abandonarás a tu pueblo. Los jueces volverán a ser justos, y la gente honrada los imitará. Cuando los malvados me atacaron, nadie se levantó a defenderme;  ¡nadie se puso de mi parte y en contra de los malhechores! Si tú no me hubieras ayudado, muy pronto habría perdido la vida; pero te llamé, al sentir que me caía, y tú, con mucho amor, me sostuviste. En medio de mis angustias y grandes preocupaciones, tú me diste consuelo y alegría.
Tú no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Esa clase de gobernantes siempre está haciendo planes contra la gente honrada, y dicta sentencia de muerte contra la gente inocente. Esa gente es tan malvada que acabarás por destruirla. Pero tú, mi Dios, eres mi más alto escondite; ¡eres como una roca en la que encuentro refugio!

¡Vamos, cantemos con alegría! ¡Alabemos a nuestro Dios! ¡El nos salva y nos protege! ¡Vayamos a darle gracias! ¡Cantémosle himnos de alabanza! Nuestro Dios es poderoso, ¡es el rey de todos los dioses! Nuestro Dios tiene en sus manos lo más profundo de la tierra; suyas son las montañas más altas. Suyos son el mar y la tierra, pues el mismo los creó. ¡Vamos, adoremos de rodillas a nuestro Dios y creador! Pertenecemos a dios; nosotros somos tu pueblo. El es nuestro pastor, y nosotros somos su rebaño; ¡estamos bajo su cuidado! Si hoy escuchamos su voz, no seamos tercos, como cuando nos rebelamos en el desierto, cerca de Masá. Dios dice: En aquella ocasión, sus antepasados me pusieron a prueba, a pesar de que vieron lo que hice. Durante cuarenta años estuve muy enojado contra ellos, y al fin les hice ver que vivían en el error, pues no obedecían mis mandamientos. Por eso, ya enojado decidí: No voy a permitirles entrar en la tierra prometida, donde los habría hecho descansar.  

No olvides que Dios conoce el pensamiento del ser humano y sabe quién es el hombre que ha aceptado instrucción  de parte de El, que ha obedecido a sus mandatos y su fe es firme en los días de prueba,  porque donde él reine habrá paz y al que espera en él tendrá alivio de sus aflicciones, sólo él le reconcilia porque es un Dios Santo, pero es necesario que lo busque pero que no endurezca su corazón para que de fruto.


Con Alta Estima,

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