Es importante que el ser humano aprenda a dar gracias a Dios
por todas las cosas que hizo, por su poder y amor, al dar a su único hijo
Jesucristo para salvar a la humanidad pues es grande su misericordia. Agradecer
a Dios por haber redimido a la humanidad, alabarlos pues El da fortaleza para
que cada día sea mayor la confianza en Dios.
¡Alabemos a Dios, porque él es bueno! ¡Dios nunca deja de
amarnos! Alabemos al Dios de dioses. ¡Dios nunca deja de amarnos! Alabemos al
Dios de dioses. ¡Dios nunca deja de amarnos! Alabemos al Señor de señores. ¡Dios
nunca deja de amarnos! Sólo Dios hace grandes maravillas. ¡Dios nunca deja de
amarnos! Dios hizo los cielos con sabiduría. ¡Dios nunca deja de amarnos!
Extendió la tierra sobre el agua. ¡Dios nunca deja de amarnos! Hizo el sol,
para alumbrar el día. ¡Dios nunca deja de amarnos! Hizo la luna y las
estrellas, para alumbrar la noche. ¡Dios nunca deja de amarnos! En Egipto hirió
de muerte al hijo mayor de cada familia. ¡Dios nunca deja de amarnos! Sacó de
Egipto a Israel. ¡Dios nunca deja de amarnos! Allí mostró su gran poder. ¡Dios
nunca deja de amarnos! Partió en dos el Mar de los Juncos. ¡Dios nunca deja de
amarnos! Hizo que Israel cruzara el mar. ¡Dios nunca deja de amarnos! Hundió en
el mar al faraón y a su ejército. ¡Dios nunca deja de amarnos! Hundió en el mar
al faraón y a su ejército. ¡Dios nunca deja de amarnos! Guió a Israel por el desierto. ¡Dios nunca
deja de amarnos! Derrotó a reyes poderosos. ¡Dios nunca deja de amarnos! Quitó
la vida a reyes famosos. ¡Dios nunca deja de amarnos! Hirió a Sihón, el rey
amorreo. ¡Dios nunca deja de amarnos! Hirió a Og, el rey de Basán ¡Dios nunca
deja de amarnos! Entregó a su pueblo las tierras de esos reyes. ¡Dios nunca
deja de amarnos! Esa fue la herencia de Israel. ¡Dios nunca deja de amarnos!
Dios no se olvidó de nosotros cuando nos vio derrotados. ¡Dios nunca deja de
amarnos! Nos libró de nuestros enemigos. ¡Dios nunca deja de amarnos! Alimenta
a toda su creación. ¡Dios nunca deja de amarnos! ¡Alabemos al Dios del cielo!
¡Dios nunca deja de amarnos!
Cuando estábamos en Babilonia, lejos de nuestro país
acostumbrábamos sentarnos a la orilla de sus ríos. ¡No podríamos contener el
llanto al acordarnos de Jerusalén! En las ramas de los árboles que crecen junto a esos ríos colgamos nuestras arpas.
Los mismos soldados que nos sacaron de Israel y nos hacían trabajar, nos pedían
estar alegres; querían oírnos cantar! ¡Querían que les cantáramos canciones de
nuestra tierra! ¡Jamás cantaríamos en tierra de extranjeros alabanzas a nuestro
Dios! ¡Jerusalén, Jerusalén! Si llegara yo a olvidarte, ¡que la mano derecha se
me seque! ¡Que me corten la lengua si por estar alegre dejo de pensar en ti! El
día que Jerusalén cayó, los edomitas gritaban: ¡Acaben con la ciudad! ¡Que no
quede rastro de ella! Dios mío, ¡no te olvides de esos gritos! Un día, ciudad
de Babilonia, ¡también tú serás destruida! ¡Dios habrá de bendecir a los que te
paguen con la misma moneda! ¡Dios habrá de bendecir a los que agarren a tus
hijos y los estrellen contra los muros!
Dios mío, ¡quiero
alabarte de todo corazón! ¡Quiero cantarte himnos delante de los dioses!
Quiero ponerme de rodillas y orar mirando hacia tu templo; quiero alabarte por
tu constante amor. Por sobre todas las cosas, has mostrado tu grandeza, has
hecho honor a tu palabra. Te llamé y me respondiste; me diste nuevas fuerzas.
Dios mío, ¡grande es tu poder! Te alabarán los reyes de este mundo cuando
escuchen tu palabra y sepan todo lo que has hecho. Dios mío, tú estás en el
cielo, pero cuidas a la gente humilde; en cambio, a los orgullosos los mantienes
alejados de ti. Cuando me encuentro en problemas, tú me darás fuerzas. Muestras
tu gran poder y me salvas de mis enemigos. Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo
que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste ¡No
me abandones!
Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí!
Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; ¡aunque esté lejos de ti, me lees
los pensamientos! Sabes lo que hago y lo que no hago; ¡no hay nada que no
sepas! Todavía no he dicho nada, y tú ya sabes que diré. Me tienes rodeado por
completo, ¡estoy bajo tu control! ¡Yo no alcanzo a comprender tu admirable
conocimiento! ¡Queda fuera de mi alcance! ¡Jamás podría yo alejarme de tu
espíritu, o pretender huir de ti! Si pudiera yo subir al cielo, allí te encontraría;
si bajara a lo profundo de la tierra, también allí te encontraría. Si volara yo
hacia el este, tu mano derecha me guiaría; si me quedara a vivir en el oeste,
también allí me darías tu ayuda. Si yo quisiera que fuera ya de noche para
esconderme en la oscuridad de nada serviría! ¡Para ti no hay diferencia entre
la oscuridad y la luz! ¡Para ti, hasta la noche brilla como la luz del sol!
Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi
madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo. Soy una creación
maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de
eso estoy bien seguro! Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las
profundidades de la tierra; ¡aún no había vivido un solo día, cuando tú ya
habías decidido cuánto tiempo viviría! ¡Lo habías anotado en tu libro! Dios
mío, ¡qué difícil me resulta entender tus pensamientos! ¡Pero más difícil
todavía me sería tratar de contarlos! ¡Serían más que la arena del mar! ¡Y aun
si pudiera contarlos, me dormiría, y al despertar, todavía estarías conmigo!
Dios mío ¡cómo quisiera que a los asesinos los apartaras de
mí! ¡Como quisiera que les quitaras la vida! Sin motivo alguno, esa gente habla
mal de ti y se pone en contra tuya. Dios mío, yo odio a los que te odian;
aborrezco a los que te rechazan. ¡Los odio profundamente! ¡Tus enemigos son mis
enemigos! Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, pon a prueba mis
pensamientos. Dime si mi conducta no te agrada, y enséñame a vivir como quieres
que yo viva.
Asimismo, el ser humano debe conducirse con integridad pues
Dios conoce bien sus actos, por lo que
es conveniente seguir el camino correcto, nadie puede escaparse de su control,
su mano poderosa te alcanzaría, pero sabes, sería grandioso que cada persona reflexione como está viviendo hoy, reconozca a Dios todopoderoso y muestre
gratitud a él por su interés en cada ser humano porque los planes de Dios son
llenos de amor y con un propósito de crecimiento para su vida.
Con Alta Estima,
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