jueves, 10 de octubre de 2013

Habitantes de toda la tierra…


Como sabes el pecado produce muerte y genera un desorden, un caos en su vida, por lo que el ser humano  debe ser obediente  y apegarse a los mandatos de Dios pues Dios ha restablecido esas condiciones, las ha renovado haciendo que todo aquel que lo acepte y tenga una relación con él tendrá paz  en su reino.

¡Vamos, habitantes de este mundo! ¡Cantemos a Dios un nuevo himno! ¡Cantemos  alabanzas a nuestro Dios! ¡Celebremos día tras día sus victorias! ¡Anunciemos su grandeza y maravillas entre todas las naciones! ¡Grande y digno de alabanza es nuestro Dios, y más temible que todos los dioses! Los dioses de otras naciones son dioses falsos, pero Dios hizo los cielos. Lleno está su santuario de majestad y esplendor, de poder y belleza. Pueblos todos, ¡reconozcan el poder de nuestro Dios y ríndanle homenaje; ¡Vengan a los patios de su templo y traigan sus ofrendas!¡Adórenlo como él se merece! ¡ïnclinense ante él en su santuario majestuoso!¡Que toda la tierra le rinda homenaje! Que digan las naciones:¡Dios es nuestro rey!

El estableció el mundo con firmeza, y el mundo jamás se moverá ¡El gobierna las naciones con justicia! ¡Que se alegren los cielos! ¡Que grite la tierra de alegría! ¿Qué ruja el mar, con todo lo que contiene! ¡Que canten alegres los campos, con todo lo que hay en ellos! ¡Que griten de alegría todos los árboles de bosque! Que canten en presencia de Dios, que viene ya para gobernar al mundo! ¡Dios gobernará con verdadera justicia a todos los pueblos de la tierra!

¡Dios es nuestro rey! ¡Que lo celebre; tú derramas luz y alegría la tierra! ¡Que lo festejen las islas lejanas! Dios es un rey justo, que hace valer el derecho. Su trono está rodeado de oscuros nubarrones. De su presencia sale fuego que consume a sus enemigos. Sus relámpagos iluminan el mundo- Al verlos, la tierra se estremece. En presencia de nuestro Dios, que domina el mundo entero, las montañas se derriten como cera; los cielos reconocen  su justicia, los pueblos contemplan su poder, y los dioses se inclinan ante él. Así quedan en vergüenza todos los que adoran dioses falsos.

Cuando lo sepan en Jerusalén y en las ciudades de Judá todos se llenarán de alegría porque tú eres un Dios justo. ¡Tú eres el Dios Altísimo! ¡Eres más grande que toda la tierra! ¡Eres más grande que toda la tierra! ¡Eres más grande que todos los dioses! Tú amas y proteges a quienes odian el mal y te obedecen; tú los libras de los malvados; tú derramas luz y alegría sobre la gente honrada. Usted los justos, ¡alégrense en Dios! ¡Alábenlo porque es nuestro Dios!

¡Cantemos a Dios en nuestro himno! ¡El hace grandes maravillas! Con su brazo santo y poderoso, venció a sus enemigos. Todo el mundo ha presenciado el triunfo de nuestro Dios. Nuestro Dios se acordó de Israel, su pueblo amado. ¡Los más lejanos lugares de la tierra han visto el triunfo de nuestro Dios! Habitante de toda la tierra griten con todas sus fuerzas: ¡Viva nuestro Dios! ¡Alábenlo con himnos y cánticos alegres! ¡Cántenle himnos al son de instrumentos de cuerda y con voces  melodiosas! ¡Canten alegres a nuestro Rey, al son de clarines y trompetas! ¡Que se unan en alabanza el mar y todo lo que contiene, el mundo y todos los habitantes! ¡Que aplaudan los ríos, y canten alegres todos los cerros! ¡Que canten delante de Dios, que viene para gobernar el mundo! ¡El  es un Dios justo, y gobernará con justicia a todos los pueblos de la tierra!

Pueblos de toda la tierra: ¡pónganse a temblar! ¡Dios es nuestro rey, y reina entre los querubines! La grandeza de nuestro Dios está por encima de Jerusalén y de todos los pueblos. ¡Dios es grande y poderoso! ¡No hay otro Dios! Dios nuestro, tú eres un rey poderoso que ama la justicia; has establecido la igualdad; has actuado en Israel con rectitud y justicia. ¡Alaben a nuestro Dios! ¡Inclínense a adorarlo! ¡No hay otro Dios! Moisés y Aaron fueron sus sacerdotes; Samuel estuvo a su servicio. Todos ellos llamaron a Dios, y él los escuchó; les habló desde una nube, y ellos cumplieron fielmente las órdenes que les dio. Dios nuestro, tú atendiste  a su llamado, y aunque castigaste su maldad también los perdonaste. ¡Alaben a nuestro Dios! ¡Adórenlo en su propio templo!¡No hay otro Dios!

Habitantes de toda la tierra, griten con todas sus fuerzas: ¡Viva Dios! ¡Adórenlo con alegría! ¡Vengan a su templo lanzando gritos de felicidad! Reconozcan que él es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Nosotros somos su pueblo: ¡él es nuestro pastor, y nosotros somos su rebaño! Vengan a las puertas de su templo;¡ dénle gracias y alábenlo! El es un Dios bueno; su amor es siempre el mismo, y su fidelidad jamás cambia.

Así pues, el hombre que ama a Dios se aparta del mal y Dios es un Dios de infinita misericordia y así puede darse cuenta que Dios está gobernando su vida por su obediencia.


Con Alta Estima,

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