Como puedes darte cuenta este salmo se compuso después de la
cautividad pues se observa el cuidado que Dios tuvo con su pueblo. Por lo que
el ser humano debe alegrarse de todo corazón porque es grande y poderoso, y siempre
deberá glorificarlo, dar gracias pues de él dependemos, hablar de sus
maravillas, de todos los milagros que ha realizado. Que cada persona se acerque
a Dios y procure agradarle siempre.
¡Demos gracias a
nuestro Dios! ¡Demos a conocer entre las naciones todo lo que él ha hecho!
¡Cantémosle himnos! ¡Demos a conocer sus
grandes milagros! ¡Digamos con orgullo que no hay otro Dios aparte del nuestro!
¡Alegrémonos de corazón todos los que adoramos a Dios! Acerquémonos a nuestro
poderoso Dios y procuremos agradarle siempre. Hagamos memoria de las maravillas
que nuestro Dios ha realizado;
recordemos sus milagros y los
mandamientos que nos dio. Somos los descendientes de Abraham y de Jacob; somos
el pueblo elegido de Dios y estamos a su servicio; por lo tanto, ¡escúchenme!
Pertenecemos a nuestro Dios; su palabra llena la tierra. El no ha olvidado su
pacto ni las promesas que nos hizo. Hizo el pacto con Abraham, y se lo confirmó
a Isaac. Con Israel lo estableció como un pacto para toda la vida, y le dijo: Yo
te daré Canaán. Es la tierra que te ha tocado.
Nosotros no éramos muchos, ¡éramos gente si patria! ¡Todo
el tiempo andábamos de país en país y de reino en reino! Pero Dios jamás
permitió que nadie nos molestara, y les advirtió a los reyes: No se metan con
mi pueblo elegido; no les hagan daño a mis profetas. En Canaán hubo mucha
hambre, pues Dios destruyó todos los trigales. Pero él ya había dispuesto que
nos salvara José, a quien antes sus hermanos habían vendido como esclavo. Los
egipcios humillaron a José y lo tuvieron encarcelado, hasta el día en que se
cumplió lo que él ya había anunciado: ¡ese día Dios dejó en claro que José
había dicho la verdad! Entonces el rey de Egipto, que gobernaba a muchos
pueblos, ordenó que liberaran a José, y fue puesto en libertad. El rey le dio
autoridad sobre todo su pueblo y sobre todas sus posesiones. José se dedicó a
enseñar a los consejeros y ayudantes del rey, y a compartir con ellos su
sabiduría.
Nuestros abuelos fueron a Egipto, y allí les permitieron
vivir. Dios hizo que aumentara nuestro pueblo, y lo hizo más fuerte que sus
enemigos. Por eso los egipcios nos
odiaron y maltrataron. Dios envió entonces a Moisés y a Aarón, sus ayudantes
favoritos, y allí en Egipto ellos hicieron grandes milagros. Dios envió sobre
el país una gran oscuridad, pero los egipcios no hicieron caso de esta señal
maravillosa. Dios convirtió en sangre los ríos de Egipto, y así mató a sus
peces. Todo Egipto se llenó de ranas; ¡había ranas hasta en el palacio! Dios
dio una orden, y todo el país se llenó de moscas y de mosquitos. En vez de
lluvia, Dios mandó granizó, y con sus relámpagos le prendió fuego al país. Por
todo Egipto Dios derribó viñas e higueras; ¡hizo astillas los árboles! A una
orden suya, vino una plaga de saltamontes que acabó con los frutos del campo, y
todo lo verde quedó en seco.
Dios hirió de muerte a los mejores jóvenes egipcios; ¡en
todo el país murió el hijo mayor de cada familia! En cambio, a nuestros abuelos
los hizo salir de Egipto cargados de plata y de oro, sin que nada se los
impidiera. Cuando ellos salieron de Egipto los egipcios se alegraron, pues les
tenían mucho miedo. A nuestros abuelos Dios los protegió con una nube, y de
noche los alumbró con fuego. Ellos pidieron comida, y Dios envió codornices;
¡calmó su hambre con pan del cielo! Partió una piedra en dos, y brotó agua como
un río que corrió por el desierto. Dios nunca se olvidó de la promesa que él
mismo le hizo a Abraham, su servidor.
Entre cantos y gritos de alegría nuestro Dios sacó de
Egipto a su pueblo elegido, para darle como propiedad las tierras de otros
pueblos. ¡Nuestros abuelos se adueñaron de las tierras cultivadas por otros!
Pero Dios les puso como condición que respetaran y practicaran sus mandamientos
y sus leyes. ¡Alabemos a nuestro Dios!
Sería grandioso, que la fuerza del espíritu Santo obre en
cada ser humano para que su corazón sea
Limpio y no se aparte del camino recto pues al buscar a
Dios sabe que ha ido por el buen camino.
Con Alta Estima,
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