¡Dios poderoso de
Israel acuérdate de David y de sus sufrimientos; recuerda lo que él te
prometió. Dios poderoso de Israel, No pondré un pie en mi casa, ni me daré un
momento de descanso; no dormiré un solo instante, y ni siquiera cerraré los
ojos, mientras no encuentre un lugar donde construir tu templo. Cuando
estábamos en Efratas oímos hablar del cofre del pacto, y finalmente lo hallamos
en la ciudad de Quiriart-jearim. Entonces dijimos: ¡vayamos al templo de Dios!
¡Arrodillémonos ante su presencia! Dios mío, ¡ven con el cofre de tu pacto, que
es símbolo de tu poder, al templo donde vivirás para siempre! Tus sacerdotes se
vestirán con propiedad y tu pueblo cantará con alegría. Dios mío, tú elegiste a
David para que fuera nuestro rey; ¡no le niegues tu apoyo! También le hiciste
este juramento, y no dejarás de cumplirlo: Tus descendiente serán reyes; ¡yo
los haré reinar! Si ellos cumplen con mi pacto y con mis leyes, también serán
reyes sus hijos y reinarán en tu lugar para siempre.
Tú elegiste a Jerusalén para vivir siempre allí. Dijiste:
Aquí pondré mi templo. Aquí reinaré siempre, porque así lo he decidido.
Bendeciré ricamente los alimentos de esta ciudad, y con abundante pan calmaré
el hambre de sus pobres. Vestiré a sus sacerdotes con ropas de triunfo, y el
pueblo cantará con alegría. Aquí haré que renazca el poder de David, el rey que
yo elegí; aquí reinarán para siempre sus descendientes. Sobre la cabeza de
David brillará siempre la corona; sobre la cabeza de sus enemigos brillará la
vergüenza.
¡No hay nada más
bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir juntos y en armonía! Es
tan agradable ver esto como oler el buen perfume de los sacerdotes, perfume que
corre de la cabeza a los pies. Es tan agradable como la lluvia del norte que
cae en el monte Hermón y corre a Jerusalén, en el sur. A quienes viven así,
Dios los bendice con una larga vida.
¡Alaben a Dios todos
ustedes, que están a su servicio! ¡Alábenlo también ustedes los que en su
templo le cantan himnos por las noches! ¡Levanten las manos para orar! ¡Dirijan
la mirada hacia el altar, y alaben a Dios! ¡Que Dios, creador del cielo y de la
tierra, te bendiga desde su templo!
¡Alabemos a Dios!
¡Alábenlo ustedes los que lo obedecen! ¡Alábenlo ustedes, que siempre están en
los patios del templo de nuestro Dios! ¡Alabemos a Dios porque él es bueno!
¡Cantémosle himnos, porque él es bondadoso! ¡Nuestro Dios eligió a Israel para
que siempre fuera su pueblo!
Yo sé que nuestro Dios, es más poderoso que todos los
dioses. Dios hace lo que quiere en el cielo y en la tierra, en el mar y en sus
profundidades. Dios, nos trae las nubes desde lo más lejano de la tierra. Dios
nos manda los relámpagos que anuncian la lluvia. Dios saca el viento del lugar
donde lo tiene guardado. En Egipto hirió de muerte al hijo mayor de cada
familia; también les quitó la vida a las primeras crías de los animales. Hizo
señales y milagros contra el faraón y sus oficiales, hirió de muerte a muchos
pueblos, y acabó con reyes poderosos: acabó con Sihón, el rey amorreo; acabó
con Org, el rey de Basán; ¡acabó con todos los reyes cananeos! A su pueblo
Israel le entregó las tierras de esos reyes para que fueran suyas para siempre.
Dios mío, ¡tú vives para siempre! Tú defiendes a tu pueblo y
le tienes compasión. Los dioses de otros pueblos son hechura humana; ¡son
ídolos de oro y plata! De nada les sirve tener boca, porque no pueden hablar;
tienen ojos, pero no pueden hablar, tienen orejas, pero no pueden oír; ¡ni
siquiera pueden respirar! ¡Pues iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes
creen en ellos! Israelitas, ¡bendigan a Dios! Sacerdotes, ¡Bendigan al Dios de
Israel! Levitas, ¡Bendigan a Dios! Ustedes, los que lo obedecen, ¡Bendigan al
Dios de Israel! Levitas, ¡Bendigan a Dios! Ustedes los que lo obedecen,
¡bendigan al Dios de Israel! ¡Alabemos a nuestro Dios, el Dios que vive en
Jerusalén! ¡Alabémoslo!
Así pues, cada
persona debe pedir a Dios su bendición para ser dichoso además de alabar a Dios
con respeto porque es bueno, grande su
misericordia, por su dominio soberano, su poder absoluto… pues es el Dios Verdadero.
Con Alta Estima,
No hay comentarios:
Publicar un comentario