Isaías continuó diciendo: Llegará el momento en que el rey y
los gobernantes de mi pueblo actuarán con justicia; brindarán protección y
refugio contra los ataques enemigos, contra los tiempos difíciles, y contra la
corrupción. Estarán siempre vigilantes y escucharán con atención; actuarán con prudencia,
y hablarán con la verdad. Los malvados y tramposos serán despreciados porque
siempre que hablan, ofenden; hacen ´planes perversos, cometen muchos crímenes,
no dan de comer al hambriento ni dan de beber al sediento, ¡y hasta mienten
contra Dios!
Esos tramposos dicen mentiras y hacen planes malvados; con
sus mentiras perjudican a los pobres y necesitados que reclaman justicia. En
cambio, la gente honesta sólo hace lo bueno, y por eso es confiable.
Isaías les dijo a las mujeres: Ustedes, mujeres irresponsables,
oigan bien lo que les voy a decir. Escuchen bien mis palabras, ustedes, que
viven tan tranquilas. Ahora todo parece estar bien, pero dentro de un año se
pondrán a temblar de miedo, porque no habrá pan ni vino.
Les repito: Ustedes, mujeres irresponsables, que viven tan
tranquilas, comiencen a temblar. Quítense esos vestidos y pónganse ropas
ásperas en señal de dolor. Recorran con lágrimas en los ojos los campos llenos
de trigo, los viñedos llenos de uvas, y los hogares de Jerusalén, que alguna vez
fueron felices. Porque todo mi país se llenará de espinos y matorrales.
Mi ciudad, antes llena de gente, quedará abandonada para
siempre. También quedarán abandonados el palacio y las fortalezas. En su lugar
vivirán contentos los asnos salvajes, y podrá pastar el ganado.
Pero Dios vendrá a visitarnos, y con su poder creador
convertirá el desierto en tierra fértil, y la tierra fértil en un bosque
hermoso. Entonces habrá justicia en todos los rincones del país. La justicia
traerá para siempre paz, tranquilidad y confianza. Mi pueblo vivirá en un
lugar tranquilo y seguro. Aun cuando
caiga granizo y los bosques sean dañados, aun cuando mi ciudad vuelva a ser
humillada, ustedes vivirán felices. Sus sembrados tendrán mucha agua, y los
burros y los bueyes tendrán pastos en abundancia.
Por lo tanto, es urgente que el hombre se preocupe y se
quite la soberbia, el orgullo y al contrario muestre humildad en todo lo que
hace reflejando rectitud, que sea sensible a la voz audible de Dios y que se
prepare en el conocimiento de Dios a través de su Palabra y que la obedezca. Es
necesario que siempre esté alerta y
cumpla sus enseñanzas de manera que su vida será segura ya que está alineada a
la voluntad de Dios, de manera que cuando el Señor regrese el hombre estará preparado
y entonces habrá justicia.
Con Alta Estima,
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