martes, 28 de enero de 2014

La tierra seca dará fruto…


Isaías anunció: ¡El desierto florecerá y la tierra seca dará fruto! Todo el mundo se alegrará porque Dios le dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón.

Fortalezcan a los débiles, den fuerza a los cansados, y digan a los tímidos: ¡Anímense, no tengan miedo! Dios vendrá a salvarlos, y a castigar a sus enemigos. ¡Anímense, no tengan miedo! Dios vendrá a salvarlos, y a castigar a sus enemigos. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; los que no pueden andar saltarán como venados, y los que no pueden hablar gritarán de alegría.

En medio del árido desierto brotará agua en abundancia; en medio de la tierra seca habrá muchos lagos y manantiales; crecerán cañas y juncos donde ahora habitan los chacales, en pleno desierto habrá un sendero al que llamarán “Camino Sagrado”.

No pasarán por ese camino ni los impuros ni los necios; no se acercarán a él ni los leones ni otras fieras. Ese camino es para los israelitas que han estado prisioneros, pero que Dios va a liberar. Y ellos entrarán en Jerusalén cantando con mucha alegría, y para siempre vivirán felices. Se acabarán el llanto y el dolor, y sólo habrá alegría y felicidad.

¡Anímate! Es tiempo de que el ser humano renueve su mente y con un corazón dispuesto  pueda oir la voz audible de Dios, pues es importante que recuerde que Jesús dio su vida para salvar a la humanidad, por lo que es necesario que el hombre se arrepienta, que la maldad sea echada fuera de su entorno pues al ser redimido tendrá una nueva vida,  cambiará  su manera de vivir siendo ejemplo a otros, dando fruto al contribuir en la formación de gente renovada para lograr una sociedad más sana en la que el ser humano vislumbre un nuevo horizonte pues su vida será llena de gozo y alegría con la presencia de Dios que lo ha liberado de su esclavitud. Y sabes, el hombre no debe dudar del poder divino sino al contrario creer y amar cada día más a Dios para que fortalezca su ser interior,  sus convicciones sean firmes y alcance una madurez espiritual.


Con Alta Estima,

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