Dios le mostró a Isaías lo que haría contra la ciudad de
Tiro: Los marineros de Tarsis están tristes: desde la isla de Chipre les ha
llegado una terrible noticia; la ciudad de Tiro ha sido destruida y el puerto
ha quedado en ruinas. Los habitantes de Tiro y los comerciantes de Sidón se han
quedado en ruinas. Los habitantes de Tiro y los comerciantes de Sidón se han
quedado en silencio. Sus barcos iban y venían con ricas mercancías. Comerciaban
con muchas naciones, y con el trigo de Egipto ganaban mucho dinero.
Pero ahora los de Sidón se llenarán de vergüenza; han sido
los amos y señores del mar, pero el mar ya no les dará riquezas, y sus hijos no
prosperarán. Cuando la noticia llegue a Egipto, todos llorarán de tristeza por
Tiro, y dirán a los habitantes de la costa: Vayan al lugar más lejano del
mundo, y al llegar pónganse a llorar. Tiro era la ciudad más antigua y la más
alegre que conocíamos. Su gente podía viajar a lugares lejanos, y allí se
quedaba a vivir. Sus comerciantes eran gente importante; todo el mundo los
recibía con honores.
¿Quién decidió destruir tan importante ciudad? ¡Lo decidió
el Dios todopoderoso, para humillar a todos los orgullosos y derribar a los poderosos
de la tierra! ¡Habitantes de Tiro, mejor dedíquese a la agricultura, porque el
puerto está destruido y los barcos de Tarsis ya no vendrán!
Dios mostró su poder en el mar y atacó a las naciones. Dios
mandó destruir las fuertes ciudades de Canaán, y le dijo a Sidón: Tu fiesta se
acabó; tu ciudad capital ha sido destruida. Aunque huyas a la isla de Chipre,
no encontrarás paz allí.
Gente de Tiro y de Sidón, miren lo que pasó con Babilonia.
Ese pueblo ya no existe, porque el ejército de Asiria lo destruyó. Los soldados
levantaron torres de asalto, y destruyeron los palacios. Ahora los animales del
desierto viven entre sus ruinas. Los marineros de Tarsis están tristes, porque
su puerto ha sido destruido!.
Todos se olvidarán de la ciudad de Tiro por unos setenta
años, que es lo que llega a vivir un rey. Al cabo de ese tiempo, a Tiro le
pasará lo que dice la canción de la prostituta: Prostituta olvidada, toma tu
arpa y recorre la ciudad; toca buena música, entona muchos cantos, a ver si se
acuerdan de ti.
Cuando esos setenta años terminen, Dios dejará que Tiro
vuelva a tener su actividad comercial, y volverá a tener relaciones comerciales
con todos los países de la tierra. Pero Tiro no disfrutará de sus ganancias,
sino que se las dará a Dios, y con ellas se comprarán abundante alimentos y
ropas finas para los que adoran a Dios.
Así pues, los afanes del mundo son tentaciones para el ser
humano, pues en la actualidad el hombre ambiciona ser cada vez más rico y no
desarrolla una vida espiritual pues no practica
la verdad, se deja llevar por la naturaleza carnal, por lo que es
momento que el hombre edifique su vida, que obedezca los mandatos del Dios
todopoderoso pues El muestra su poder y decide lo que pasará, pero sabes, Dios premia a los que le adoran..
Con Alta Estima,
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