Dios le mostró a Isaías lo que iba a hacer en el Valle de la
Visión: ¿Qué pasa en Jerusalén? ¿Por qué todos suben a las azoteas y gritan de
alegría? Es verdad que los enemigos se han retirado, pero esta ciudad, que
antes vivía alegre, ahora está llena de muertos; ninguno presentó pelea,
ninguno murió en batalla. Nuestros jefes y soldados huyeron; salieron
corriendo, pero fueron atrapados. ¡Déjenme solo! no traten de consolarme. Mi
pueblo está en ruinas, y quiero llorar y apagar mi tristeza.
El Dios todopoderoso nos ha enviado este terrible castigo.
En el Valle de la Visión sólo veo destrucción y terror. ¡El enemigo derribó
nuestras murallas, y se oyen gritos de dolor en las montañas!
Los soldados de Elam y de Quir llegaron en sus carros de
guerra, armados con escudos y flechas. Sus carros de guerra llenaron los
hermosos valles de Jerusalén. Los soldados y sus caballos rodearon la ciudad.
¡Judá quedó indefensa! Ese día nuestra gente se dio cuenta de que había armas
en el Palacio del Bosque.
También se dieron cuenta de que los muros de
Jerusalén estaban dañados; entonces revisaron las casas de la ciudad y
derribaron algunas de ellas. Así tuvieron suficientes piedras para reparar los
muros. Luego tomaron el agua del tanque viejo, y llenaron un tanque que
construyeron entre las dos murallas. Pero no se dieron cuenta de que fue Dios
quien había planeado ese ataque desde hacía mucho tiempo.
Isaías dijo: El Dios todopoderoso les aconsejó que debían
ponerse a llorar y vestirse de luto en señal de dolor. Pero ustedes hicieron
fiesta y se llenaron de alegría; comieron carne y tomaron vino, y dijeron:
Comamos y bebamos que mañana moriremos. Por eso Dios me dijo al oído: Yo soy el
Dios todopoderoso, y nunca les perdonaré este pecado.
El Dios todopoderoso le dijo a Isaías: Busca a Sená, el
mayordomo del palacio, y dile: Y tú, ¿quién te crees? ¿Quién te dio permiso
para construirte una tumba en el cementerio de los reyes? Dios te quitará de tu
puesto, y serás la vergüenza de tu jefe. Dios hará que te lleven como esclavo a
un país muy lejano. El te pateará a campo abierto, como si fueras una pelota.
Allí morirás, y de nada te servirán tus famosos carros de guerra.
Escucha bien, Sená: Dios llamará a Eliaquim, su leal
servidor, le dará tu puesto y tu misma autoridad. Eliaquim será como un padre
para los habitantes de Jerusalén y para la familia del rey de Judá. Dios le
entregará el poder que tuvo el rey David. Lo que Eliaquim ordene se cumplirá, y
nadie podrá contradecirlo. El será un orgullo para su familia, y Dios lo
protegerá de todo enemigo. Toda su familia se sentirá orgullosa y contará con
su apoyo. Pero llegará un día en el que también Eliaquim pecará junto con toda
su familia y todos los que en él confiaron. El Dios todopoderoso jura que así
será.
Por lo que es necesario que el hombre sea humilde y se
arrepienta de sus malas acciones y cambie su estilo de vida, que renueve su
mente y su corazón y que se apegue a las enseñanzas de Jesucristo pues es
tiempo de pedirle al Señor Jesús capacite
al ser humano, que aprenda a depender de El y no bajo las fuerzas carnales-humanas
pues los triunfos de este mundo no son el verdadero valor sino más bien el
hombre debe honrar a su familia, que dependa de Dios para que fortalezca su fe,
pero sabes es importante que reconozcas a Jesucristo como el santo verdadero,
él que tiene la llave, el único que abrirá y cuando cierre ninguno abrirá. Por
lo tanto, el hombre debe Recordar que es tiempo de reflexionar y hacer un cambio
en su vida!
Con Alta Estima,
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